He escrito y reescrito este post muchas veces. No sabía si mostrar lo que vais a leer a continuación pero ya estoy cansada de hacer lo que se supone que tengo que hacer y como este es mi espacio, mi casa, he decidido desnudarme y hacer lo que el corazón me pide.
Además, no hay momento más propicio que este, todos en casa están durmiendo, hay una noche de tormenta de esas que tanto me gustan porque despiertan mis sentidos y hoy tengo el interior en obras.
La fotografía significa para mí muchas cosas pero sobre todo es una forma de expresarme. A lo largo de mi vida he sentido la necesidad de sacar sentimientos hacia fuera pero nunca ha sido fácil. He tenido que explorar diferentes formas, saltar muchas barreras, revolverme por dentro para después reorganizar todo aquello de manera creativa.
Y por fin, poco a poco, voy consiguiendo algo parecido a lo que estaba buscando durante tanto tiempo.
Vosotros me ofrecéis la posibilidad de observar, interpretar, sentir, dibujar un momento con la luz que desprendéis. Los niños, las familias, representáis unos valores que son los que quiero que dirijan mi vida. No quiero dobleces, no quiero tener que aparentar nada ni que tengáis que hacerlo vosotros ante mi.
Me da igual si hay quien piensa que esto es un negocio. Yo estudié trabajo social para ganarme la vida pero la fotografía para mí es otra cosa; es pasión, emoción, sentimiento, una necesidad más como respirar o comer y durante mucho tiempo he hecho fotografías sin pretender vivir de ello. Llegué a donde me encuentro ahora porque cada día eran más personas las que venían a buscar un momento para guardar.
Como la fotografía de arriba, ese segundo que permanecerá PARA SIEMPRE en la vida de muchas personas, no sólo de esta madre y su hija, también del padre, los abuelos, los tíos y familiares, incluso de aquellas que personas que han de pasar por sus vidas en un futuro. Son momentos robados al pasado.
Para mi no es sólo una fotografía bonita, es saber que hay mucho más escondido detrás, es la maternidad, la protección, los estereotipos, la dulzura, la fuerza, la emoción, los sueños, la tranquilidad, la belleza de lo simple, lo complicado de la educación, el futuro incierto, el miedo a equivocarnos, las presiones sociales o tantas otras cosas que si me quedo mirando vienen a mi mente.
Podría pasarme horas mirando fotografías, son como libros contando historias que de otra manera nunca podríamos vivir, como una canción que se agarra a ti con su estribillo y se repite en el momento más inesperado.
A veces me pasa que cuando edito vuestras fotografías, hay algunas que me golpean el estómago, me dejan sin aliento, me gritan palabras deseando salir pero siento que son demasiado intimas como para compartirlas y entonces pienso: Por qué no debo dejar ver lo que siento? Por qué está mal mostrar tu vulnerabilidad? Por qué ser sensible es malo?
Pues aqui me tenéis hoy, desnudándome con miedo y decisión a partes iguales.
Así soy. Así quiero que me veáis.